The Open Shoes es un proyecto innovador que puede hacer cambiar la industria del zapato.

Cuando pensamos en fabricación y diseño de calzado, la mente se nos suele ir a La Rioja, Alicante o, más lejos, hacia países como China. Lo que es seguro es que nunca relacionaríamos calzado y Euskadi. Sin embargo, esto podría cambiar de salir adelante el proyecto The Open Shoes.
The Open Shoes es un proyecto totalmente innovador que, aunque tiene un carácter universal, ha nacido de una idea que está siendo desarrollada en el País Vasco. Básicamente se trata de, aprovechando las nuevas tecnologías, y fundamentalmente la impresión en tres dimensiones, crear un calzado de bienestar con un concepto modular. La idea es totalmente rompedora y, si triunfa, no cabe duda que hará cambiar la industria del zapato.

The Open Shoes está actualmente participando en Crowdsasuna, un proyecto de crowdfunding promovido por la Agencia Vasca de Innovación, Innobasque, con el apoyo de la Obra Social la Caixa, y destinada a promover iniciativas innovadoras en el campo de la salud. Quien quiera colaborar con ello (no hace falta ser un potentado, ya que se admiten aportaciones desde 10 euros y cada una tiene su recompensa), puede hacerlo en la página http://www.goteo.org/project/the-open-shoes.
La idea parte del equipo de la tienda and&o, una de las pioneras en calzado saludable. El concepto de salud a través de los zapatos viene de que, en sus orígenes, el calzado era simplemente una protección para los pies, para evitar que sufriesen heridas con elementos cortantes que pudieran encontrarse en el suelo. Es decir, que no impedían el movimiento normal de los pies; la musculatura de la planta seguía trabajando y el cuerpo se adaptaba a cada terreno, de forma que toda la cadena musculoesquelética trabajaba correctamente. Además, durante miles de años, el cuerpo humano evolucionó en la naturaleza caminando sobre terrenos semiblandos e irregulares, lo que aún potenciaba más todo lo anterior.

Pero hace unos pocos años, nos hemos trasladado a las urbes y hemos perdido esas irregularidades y hemos convertido el suelo en algo duro y liso que provoca que cada paso que damos suponga un importante impacto en nuestras articulaciones, en nuestra espalda, etc. La forma de caminar ha cambiado, pues al desplazarnos por terrenos duros y lisos dejamos de ejercitar musculatura importante, como la de los tobillos, la espalda, con lo cual empezamos a ser más propensos a determinadas dolencias.
Y la cosa no termina ahí, porque el calzado empieza a evolucionar siguiendo unos criterios estéticos que muchas veces maltratan nuestros cuerpos. Esto es especialmente sangrante en el caso de las mujeres a las que los dictados de la moda llevan a usar unos zapatos que acaban pasando factura en forma de juanetes, pies deformes, dolores de espalda y otros males.

The Open Shoes piensa que es necesario recuperar una forma natural de caminar. Según aseguran, no se trata, ni mucho menos, de acabar con la industria del calzado, sino de conseguir que esta sea consciente de la importancia que su producto tiene para la salud de la población. “Es más -aseguran- estaríamos encantados de poder colaborar con quienes así lo deseen. Si alguien quiere fabricar unos zapatos espectaculares, con unos tacones de vértigo, es libre de hacerlo, pero, como se hace con el tabaco, debería ser obligatorio explicar en la caja los males que pueden ocasionar, y que en este caso serían juanetes, espolón calcáneo, metatarsalgias, tendinitis y dolores de espalda, entre otros. Muchas veces se ha hablado de los costes para las arcas públicas que supone, por ejemplo, el tabaco, pero nadie ha dicho nada hasta ahora del coste que supone el uso de un calzado inapropiado: los gastos en traumatología, rehabilitación, bajas laborales, etc.”.
El concepto de calzado de bienestar surge hace unos pocos años. Muy brevemente se puede decir que se trata, ni más ni menos, que de un calzado que nos haga caminar de la manera más parecida a la que la evolución ha llevado a nuestros cuerpos. Pero en general nos encontramos con varios inconvenientes: no suele ser un calzado estético (según las normas a las que nos hemos ido acostumbrando), es un calzado generalmente caro y mucha gente desconoce su existencia.

En ese contexto surge el proyecto The Open Shoes con la idea de generar un calzado de bienestar de código abierto y modular. Esto supone varias cosas: que cada persona va a poder fabricárselo, total o parcialmente, en su propia casa (gracias a las impresoras 3D), o va a poder comprar los diferentes módulos que lo componen.
Como el calzado es de código abierto, la propia comunidad de usuarios podrá ir aportando sugerencias y realizando cambios para que la pieza fundamental, la entresuela, vaya mejorando. Esta pieza tendrá una importante función: será la que absorba gran parte de los impactos que sufrimos al caminar en terreno duro, distribuirá el peso del cuerpo en toda la planta -como si caminásemos en un terreno semiblando- y generará una ligera inestabilidad que hará que trabajen los músculos que no lo hacen con el calzado convencional. Al integrarse en el interior del calzado, permitirá que el resultado final sea estéticamente similar al de los zapatos a los que estamos acostumbrados, en lugar de esas suelas mastodónticas que tiene habitualmente el calzado de bienestar y que generan cierto rechazo en muchas personas.

Una ventaja más que aporta el proyecto The Open Shoes es la modularidad, que permitirá que con un único juego de entresuelas podamos disponer de diferentes modelos de zapatos, pues únicamente habría que pasar el interior a otra carcasa para cambiar totalmente de estilo. En caso de que alguna de las piezas se deteriore, no habría que prescindir de todo el calzado, lo cual aporta al proyecto también un tinte ecológico, pues se producirán muchos menos desperdicios.
Actualmente The Open Shoes está en los últimos días de campaña de crowdfunding con un sistema denominado “Capital Riego”, y que consiste en que, por cada euro que se aporta, la Fundación la Caixa aporta una cantidad similar, hasta un tope de 50 euros por aportación. Es una buena causa para que Euskadi aparezca también en el mapa internacional del calzado.
