Jesús Bustamante nos deja a los 88 años.

Hoy ha fallecido un superviviente. Casi 89 años de historia se han ido en un momento. Jesús Bustamante sobrevivió a una lucha fratricida que lo convirtió en un “niño de la guerra”. A los 11 años tuvo que refugiarse en Amberes para escapar de la crueldad sin sentido. Siempre recordaba el barco Ploubazlanec, en el que el Socorro Rojo Internacional puso a salvo a varios centenares de niños, que tuvieron que separarse de sus familias. Escolarizado en Amberes, en lengua flamenca, su afán por aprender hizo que destacase como uno de los primeros de su clase. Siempre guardó un grato recuerdo de sus familias adoptivas y de aquel colegio situado en la calle Oudemansstraat (la calle de los ancianos). Todavía no lo sabía, pero la genética también le había jugado una mala pasada, al dotarlo de un único riñón, en forma de herradura, que le dio numerosos problemas físicos y le hizo sufrir dolorosísimos cólicos nefríticos y varias de las muchas operaciones a las que tuvo que ser sometido.

Pero si sobrevivió a sus problemas de riñón, también lo hizo, contra todo pronóstico a sus problemas de corazón. Dos operaciones en un plazo de cuatro meses para reparar un corazón que se rompía. Un corazón que, por cierto, siempre estuvo en la izquierda, y no sólo físicamente.

No he mencionado aún que había nacido en Alsasua, donde su padre, un peón ferroviario, se encontraba destinado, si bien poco tiempo después fue trasladado a Bilbao. De vuelta del exilio, tuvo que empezar a trabajar a los 14 años para aportar sus ingresos a la precaria economía familiar. Eso le impidió proseguir los estudios, por lo que siempre fue autodidacto. Fue buscando la forma de ascender en el trabajo y formándose gracias a sus muchas inquietudes.

En esos tiempos difíciles, supo mantener dignamente una familia de cuatro hijos. Y cuando llegó el momento tuvo que ver cómo el Alzheimer deterioraba la mente y el cuerpo de Mari, su mujer, mi madre. Ahora, como él quiso, las cenizas de sus dos cuerpos se juntarán e irán a parar al mar. Lector empedernido, sobre todo de actualidad y de ensayos, en su mesilla han quedado dos libros de filosofía que aún se esforzaba por leer cuando las fuerzas ya le estaban fallando.

No quiero olvidar su paso por la militancia política, en el Partido Socialista Popular (el de Tierno Galván). Delegado por Bizkaia en el Congreso del Partido en Torremolinos, en el que se decidía sobre la incorporación al PSOE, llevaba el mandato de la militancia de Bizkaia en contra de la fusión. Estuvo a punto de no poder acudir por sus problemas de riñón, pero su compañero y médico, Pedro López Merino, le convenció diciéndole: “¿dónde vas a estar mejor que acompañado las 24 horas del día por tu médico?”. Tras vencer el sí a la fusión con el PSOE, que poco después ganó las elecciones, él no quiso incorporarse, por coherencia con lo que se había decidido en Bizkaia. Aunque siempre mantuvo una pasión por la actividad política, en los últimos años, desengañado por los políticos, acabo no yendo a votar.
El fútbol fue una de sus pasiones. Socio del Athletic de los Zarra, Gainza, Panizo, Iriondo y muchos otros, no se perdía una final de Copa, en las que su equipo era un habitual. Pero también acabó desengañado cuando consideró que el fútbol dejaba de ser un deporte para convertirse en un negocio.
Y otra de sus aficiones era el humor, que muchas veces le sirvió para aguantar los duros embates de la vida. Sobre todo el humor absurdo. Gila y Tip y Coll se contaban entre sus favoritos.
Pionero en la filmación de películas caseras, e incluso documentales, llegó tarde a las llamadas nuevas tecnologías, pese a lo cual llegó a manejar un tiempo el ordenador e incluso a tener un blog en Internet cuando contaba ya con 80 años. Un blog en el que, como no podía ser de otra manera, escribía sobre todo sobre política.
La fotografía y la pintura fueron otras de sus aficiones. En la primera siempre buscaba algo más (ángulos difíciles, perspectivas originales…). Por otra parte, siempre le gustó dibujar y, tras jubilarse, se aficionó al óleo, dejándonos diversos cuadros que tienen el valor del esfuerzo y el cariño con que los pintó.
En los últimos años, el Parkinson fue minando su cuerpo. Las piernas ya no le respondían. Le costaba fijar la atención. El cansancio le acompañaba de forma constante. Pese a todo, cuando una infección atacó su cuerpo hace unos meses, logró vencerla y sobrevivir una vez más. Pero una nueva infección ha sido demasiado para su cuerpo maltrecho y pese a luchar durante varios días, su corazón, con una válvula que los médicos consideraban que debía haber dejado de funcionar hace unos cinco años, no ha podido soportarlo. Jesús Bustamante, mi padre, nos ha dejado. ¡Hasta siempre!
Mis condolencias para toda la familia. Me ha gustado este emotivo post Javier, aquellos a los que recordamos siempre permanecen con nosotros.
Un abrazo.
Muchas gracias, Jon.
LERRO EDERRAK, JABI. NERE DOLUMINA FAMILIA OSATZEN DUZUENEI.
Eskerrik asko, Mikel.
Jorge. Le conoci ya mayor pero, además de mucha coherencia con sus ideas, mucho afán por aprender y por leer, destacaba siempre en él la sonrisa y ese sentido del humor que nunca le abandonó. Gracias por plasmar su recuerdo escrito y gráfico, Javier. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Jorge.
Gabon Javier:
soy Kepa Izaguirre, vecino vuestro. A la vuelta de mi viaje de Gambia supe que tu aita había fallecido. Gracias por tus letras, por darme a conocer a un desconocido conocido que vivía 5 pisos más abajo.Siempre amable en su mirada y hoy se por estas lineas que tenemos cosas en común.No hablo de futbol, el creo que como yo era del Athletic y del que juega contra el Real Madrid, ni de nuestro desencanto de la política, una porquería que cuanto más la remueves peor huele, hablo de su mirada alrededor, de contar con los otros.
La última vez que hablamos me comentaba y compartía sobre las ventajas de unos zapatos que calzaba.
Me compré aquellos zapatos y con mi caminar va un poco también su recuerdo, un recuerdo afable.
Un abrazo y nos vemos por el camino
Kepa
Kepa: Muchas gracias por tus palabras.
Hola Familia Bustamante,
Acabo de leer mi correo electrónico después de todos estos días, aunque me lo comentó Joserra el día de Nochevieja. Me he emocionado mucho leyendo tus líneas Javi, que le describen a la perfección.
Si tuviera que resaltar algo, su sentido del humor…aún recuerdo muchos de sus chistes. También su gusto por la filosofía, por la conversación en buena compañía.
Un abrazo para toda la familia Bustamante Benito, con todo el cariño del mundo. Y gracias por tantos momentos compartidos.
Eva,
Eva: Muchas gracias y un fuerte abrazo.